Plan Emprendedores STP

Aunque Sin la tierra prometida está basada en la vida de mi abuelo paterno, es la historia de la mayoría de las familias que poblaron el eje cafetero a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. La colonización antioqueña, llamada así porque la mayoría de colonos venían del norte de Antioquia, es la más grande migración interna de un país americano, después de la conquista del oeste en Estados Unidos, altamente recreada en el cine gringo.  Estas gestas tienen además, todos los ingredientes dramáticos para generar grandes historias: en Estados Unidos un entorno árido, plagado de indios dispuestos a arrancarle la cabellera a cualquier blanco y en Colombia la selva inhóspita llena de peligros y de dificilísimo acceso, delimitada por la guerra de los mil días y la violencia partidista. Aun a pesar de lo que este episodio significa en la evolución de nuestro país, la colonización antioqueña ha sido muy poco abordada desde las artes escénicas, el cine o la literatura colombianas. 

Sin la tierra prometida, narra el trasegar de los colonos hacia un lugar de esperanza: el que nada o poco tiene, lo arriesga todo por una posibilidad. Cientos de miles de familias del norte de Antioquia, el norte del Tolima, algunas zonas de Cundinamarca e incluso de Nariño, acudieron masivamente a la oferta del gobierno para poblar las tierras aun selváticas del gran Caldas. Hombres, mujeres, niños y hasta bebés recién nacidos se lanzaron en una aventura demente para tener un pedazo de tierra productivo, pero no pudieron, en su mayoría, establecerse definitivamente sino hasta el final de la violencia partidista, en 1957.

De 1930 hasta finales de los años 50, en esta región, los colonos y los hijos de los colonos se mantuvieron en un continuo trasegar. Un pueblo que durante años giró en un círculo perverso, de pobreza, adversidad y violencia, pero que asombrosamente, con el tiempo se convirtió en una de las regiones más prósperas de Colombia. El empuje, la tenacidad, la capacidad de trabajo y de resiliencia son características fundamentales que describen el carácter de este pueblo. Como Antonio, la gente de estos departamentos se creció ante la adversidad. Y con tenacidad crearon finalmente su tierra prometida.

EL RECORRIDO DE STP

Adriana Bernal Martínez recopila escritos que su padre, Gerardo Bernal, hace sobre relatos verbales que a su vez le había hecho su padre Antonio Bernal Portela.  En 2011 realiza un viaje al Quindío y al norte del Valle del Cauca para recopilar información y para vistar las fincas que hacen parte del recorrido de la familia en esos años de colonización. Adriana comienza a escribir Sin la Tierra prometida a finales del año 2011. En el año 2012 bajo la Producción ejecutiva de Adriana Ángel el proyecto resulta ganador del taller “Coach iberoamericano de desarrollo de proyectos”, con el apoyo de Ibermedia, en el Campus iberoamericano de cinematografía y medios audiovisuales de España.

Ese mismo año el proyecto queda preseleccionado con otros 17 proyectos, en la Convocatoria del FDC de Colombia para Producción de Largometraje.

En el 2013 el guión fue seleccionado oficialmente en la sección Guiones Inéditos del 35 Festival internacional del Nuevo Cine latinoamericano de La Habana, Cuba.

En el año 2014 el proyecto entra en una nueva fase. El productor y publicista Santiago Pulecio, bajo el sello de la productora La Different, decide asumir la producción de este film y comienza a desarrollar una estrategia para atraer inversionistas, llamado Plan Emprendedores, y realiza un trabajo de imagen del proyecto, diseñando el logo, la página web y los posibles afiches. Santiago debe viajar a Portugal y esto frena su participación en el proyecto.

Durante los años 2015 y 2016, la entonces productora Janus Films de Diana Ramos y Jacques Toulemonde se interesan en el guión y le proponen a Adriana producir el proyecto, con la condición de recibir una asesoría de guión por parte de Jacques. El guión sufre entonces una importante transformación que no llega a completarse totalmente, pues ambos, tanto Adriana como Jacques deben atender diferentes compromisos laborales.  Adriana retoma el trabajo en 2017, esta vez con el acompañamiento de Jesús Solera, guionista y director español, radicado para entonces en Italia, y termina así la  séptima y definitiva versión de Sin la Tierra Prometida.

Para el año 2020, Adriana decide montar una estructura de producción que le permita llevar a cabo el proyecto y busca el apoyo de Alejandro Gaviria Trujillo para que lidere la parte de comercialización y búsqueda de inversionistas.

 

LO QUE SIGNIFICA SER PARTE DE ESTE PROYECTO

Decía un gran cineasta pereirano, Jaime Osorio, que no poder reproducir nuestra realidad mediante la imagen cinematográfica, era como tener nuestra propia fotografía en casa ajena, en la casa de los tíos ricos y sólo de vez en cuando poder decir: “mire, ese de la esquina, ese que está medio escondido, ese soy yo”.  Colombia lleva apenas 20 años intentando construir su propia imagen, intentando desarrollar su propio lenguaje audiovisual, con sus propios protagonistas. Durante muchos años, siglos incluso, tuvimos que conformarnos con la imagen, a veces errónea, otras distorsionada, que la cinematografía extranjera quería dar de nosotros.

Sin la tierra prometida, es un proyecto cinematográfico o de serie que busca plasmar mediante imágenes y sonidos propios, el proceso de colonización y fundación de los pueblos cafeteros. Pero que fundamentalmente quiere hablar del valor y el coraje con los que su gente desafió a la naturaleza, para forjar un pueblo. 

Ser parte del plan emprendedores tiene un doble objetivo. Por una parte, apoyar la realización de la película, que además de su valor cultural y artístico, tiene un invaluable valor psicosocial. Recrear nuestra historia, y mostrar que a pesar de la adversidad y de las enormes dificultades en que tuvieron que fundar estas tierras, los colonos, a la larga si forjaron una sociedad pujante y próspera, sirve para elaborar un proceso catártico y renovador, que bien le viene a nuestro país en estos momentos. También servirá sin duda, para promocionar la región y hablar del carácter de sus gentes.

Y por otro, resaltar las historias de fundación y desarrollo de los socios productores e inversionistas que sean parte de este proyecto. Porque por cada inversionista, el equipo de filmación de Sin la tierra prometida, cineastas del más alto nivel, realizarán una pieza documental de 10 minutos, narrando la historia particular de cada empresa.

 

LAS EMPRESAS MÁS EXITOSAS DE LA REGIÓN

  •  Audifarma
  •  Casa Luker
  • Compañía Cafetera La Meseta
  • Chec ESP
  • Mabe Colombia SAS
  • Bemovil SAS
  • Papeles Nacionales SA
  • Compañía Manufacturera Manisol
  • EVE Distribuciones SAS
  • Suzuki Motor de Colombia
  • Frisby
  • Confecoop
  • Risaralda Comfamiliar
  • Empresa de energía de Pereira
  • Neocorp
  • Etex
  • Armetales
  • Sumatec

 

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